4.3. Espacios para los padres e implicación en las actividades educativas
Una forma eficaz de establecer una colaboración positiva entre las familias y los centros y hacer partícipes a los padres es ofrecer oportunidades acogedoras y seguras para que los padres acudan al centro, compartan sus conocimientos, desarrollen su confianza y sus capacidades de liderazgo, las redes sociales y el aprendizaje. Podrían crearse espacios y momentos designados para los padres y las familias. Esto podría comprender, por ejemplo, una «sala de padres» en la que podrían organizarse actividades informales a instancias de los padres o con ayuda de otros profesionales (p. ej., trabajadores sociales) o del personal del centro. La sala podría utilizarse en horario escolar para organizar charlas sobre cuestiones escolares y crianza de los hijos, reuniones con especialistas y profesionales externos, talleres y otras actividades informales.
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Los centros también podrían organizar «jornadas con los padres» e invitarles a visitar el centro y a saber más sobre el programa escolar, las actividades, los valores y la misión del centro.
Los padres también son un recurso valioso para los centros, y se les podría invitar a compartir sus habilidades y competencias. Se podría invitar a los miembros de la familia a ejercer de voluntarios en actividades educativas en el aula (p. ej., leer a los alumnos, apoyo al docente), o en otras actividades del centro (tanto curriculares como extracurriculares, como por ejemplo grupos de estudio y programas extraescolares). La participación de los padres en actividades educativas, incluidos los padres procedentes de otras culturas o con un nivel académico diferente, hace que sea posible aumentar el número y la diversidad de las interacciones, lo que a su vez acelera el proceso de aprendizaje; pueden ayudar a los estudiantes a superar estereotipos culturales y a motivarles más. Los padres y los miembros de la familia también podrían participar en actividades de orientación y asesoramiento profesional, por ejemplo hablando de su profesión y experiencia laboral.
Cuando proceda, pueden participar otros proveedores de servicios, ONG y profesionales, como por ejemplo mediadores culturales, para ayudar a construir relaciones positivas con los padres, en especial con aquellos que proceden de grupos marginados.
Abrir las instalaciones del centro fuera del horario escolar para llevar a cabo programas y clases para los padres (p. ej., cursos de idiomas para padres de origen migrante que no dominan la lengua de instrucción de sus hijos) puede ayudar a que aumente la implicación de los padres y a derribar barreras entre los centros y las familias. No obstante, en el caso de padres con experiencias previas con la educación muy negativas , podrían crearse, en asociación con ONG, oportunidades de aprendizaje permanente en ubicaciones distintas, como centros comunitarios. Estos centros comunitarios también podrían servir como «ventanilla única» para el apoyo familiar, con equipos multidisciplinares que ofrezcan un amplio abanico de servicios, como apoyo emocional y sanitario.
Más información:
EU project INCLUD-ED: Strategies for inclusion and social cohesion in Europe from education, plataforma en línea
Downes, P.:Community-Based Lifelong Learning Centres: Developing a European strategy Informed by International Evidence and Research, NESET Research paper, 2011.
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