El éxito en los estudios y el riesgo de abandono escolar prematuro dependen en gran medida del estatus socioeconómico de los estudiantes. Los efectos del estatus socioeconómico están claramente presentes en todos los sistemas europeos de educación y formación. Existen menos probabilidades de que los niños procedentes de entornos socioeconómicos más desfavorecidos participen y se beneficien de la educación infantil y atención a la infancia que en el caso de los niños procedentes de entornos más favorecidos. Esta desventaja inicial puede verse agravada a lo largo de toda la educación escolar si no se presta apoyo adicional a los niños para que superen sus carencias educativas. Sin embargo, los enfoques más efectivos para combatir las desigualdades socioeconómicas en el rendimiento escolar resultan ser la participación equitativa en programas de educación infantil y atención a la infancia de calidad.
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Los resultados del informe PISA demuestran sin ningún género de duda que el entorno socioeconómico de los padres es un factor determinante en la adquisición de matemáticas básicas y competencias lingüísticas. Por ejemplo, la mayor parte del porcentaje de estudiantes por debajo del nivel mínimo de destrezas matemáticas se encuentra en el 25 % más bajo del índice socioeconómico.
La influencia del estatus socioeconómico, los antecedentes familiares y el entorno de aprendizaje en el hogar persiste de generación en generación. Un fuerte efecto intergeneracional de los logros académicos puede considerarse un fallo del sistema educativo y formativo a la hora de maximizar eficazmente las oportunidades de aprendizaje para todos. En este contexto, el aprendizaje familiar es un medio para revertir esta vieja asociación.
Las estrategias para estrechar la brecha existente en cuanto a los logros académicos pueden incluir una serie de medidas, como la eliminación de la segregación socioeconómica en los centros y entre los centros, el aplazamiento del seguimiento educativo, la ampliación de las oportunidades de aprendizaje dentro y fuera del centro y recibir y apoyar la implicación de los padres en las fases más tempranas de la educación.
No obstante, un primer paso para garantizar la igualdad de acceso al aprendizaje y de oportunidades de adquirirlo es proporcionar a estos alumnos materiales o apoyo financiero para asistir asiduamente a clase, a saber: transporte gratuito, libros, alojamiento o becas para alumnos mayores, y oportunidades de cuidado infantil para las madres adolescentes. Las comidas gratuitas, incluso fuera de los programas de comedor escolar habituales, en combinación con actividades adicionales de aprendizaje también pueden ofrecer el apoyo adecuado a los niños procedentes de entornos socioeconómicos bajos.
Más información:
Comisión Europea: Monitor de la Educación y la Formación 2015, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo.
European Commission Joint Research Centre: Reading Literacy in EU Countries: Evidence from PIRLS, JRC Scientific and Policy Reports, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo, 2013.
Heckman, J.J.: «Invest in early childhood development: Reduce deficits, strengthen the economy», The Heckman Equation, National Institute for Early Childhood Education Research, New Brunswick, NJ, 2012.
Lavrijsen, J. y Nicais, I.: Educational tracking, inequality and performance. New evidence using differences-in-differences, VFO-SSL, Leuven, 2014.
OCDE: Low-Performing Students: Why They Fall Behind and How to Help Them Succeed, OCDE, París, 2016.
OCDE: Equations and Inequalities, Making Mathematics Accessible to All, OCDE, París, 2016.
OCDE: Starting Strong IV: Monitoring Quality in Early Childhood Education and Care, OCDE, París, 2015.
OCDE: PISA 2012 Results: Excellence through Equity, Giving Every Student the Chance to Succeed, Volumen II, OCDE, París, 2013 .
OCDE: Equity and Quality in Education: Supporting Disadvantaged Students and Schools, OCDE, París, 2012.